domingo, 25 de mayo de 2008

Implementar las NTICs en el aula… “¿De qué se trata?”
(Una opinión, nada más…)

Hoy es muy común escuchar en todos las ámbitos educativos frases comunes como “…hay que incorporar las tecnologías en la educación”, “…la importancia de las TICs en el aula…”, etc.
Pero entiendo que más allá de ser simples repetidores de estas frases que son las políticamente correctas en estos momentos, además de ser una realidad inobjetable, debemos comprender cabalmente de qué se trata esto de incorporar las TICs en el aula, en las prácticas educativas en general.
Lo primero que deberíamos repasar y tener en cuenta, es de qué estamos hablando cuando decimos TICs o mejor “NTICs”; estamos hablando de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. Estas dos últimas palabras poseen un significado que va mucho más allá de simplemente tener computadoras en el aula.

A lo largo de los últimos tiempos se han mostrado diversas posturas frente a las tecnologías y su introducción al campo de la educación.
Están quienes creen ver en ellas la panacea, la resolución de los problemas de la educación mediante la simple introducción de computadoras y el uso de internet en el aula.
Otras posturas consideran a la computadora como una herramienta más, muy poderosa por cierto, pero sólo una herramienta. Así desde este punto de vista, al igual que otras herramientas que usamos a diario; se las suele considerar neutras, es decir que el éxito o fracaso depende únicamente del buen o mal uso que de ellas se haga. De este modo se pierde de vista el hecho de que toda herramienta que usemos, en realidad nos está modificando, a nosotros, a nuestro entorno, a nuestras costumbres, etc.
Desde ya que hay quienes se oponen al uso de las tecnologías en el aula, que aunque no lo manifiesten, y participen del discurso políticamente correcto; a la hora de planificar, desarrollar y evaluar sus prácticas, no las incorporan. Los motivos son muy variados pero tal vez el miedo a incorporar algo que no conocemos en una práctica que hasta ahora ha venido funcionando de manera más o menos satisfactoria, sea lo que nos lleva a negar internamente lo que puertas afuera del aula manifestamos.

En la actualidad, la información ya no está más centralizada, ubicada en fuentes fijas, contenida en recintos o elementos de acceso restringido. La información, o tal vez los “datos”, son lo que abunda, simplemente ingresando a algún sitio de interés o a un buscador, podemos encontrar cientos, miles o cientos de miles de sitios y páginas web que nos ofrecen información sobre el tema de nuestro interés. Pero cabe preguntarse… ¿De dónde proviene esa información? ¿Cuáles son sus fuentes? ¿Qué intereses y sesgos subyacen? ¿Es actualizada?, etc, etc; entonces ¿qué valor tiene la información en sí?. Justamente en el campo de la educación trabajamos con niños y jóvenes que vivirán seguramente un mundo distinto al que a nosotros nos ha tocado, rodeados de información que más allá de “ayudar” en la comprensión de determinado tema o concepto, por ser tan abundante abruma y finalmente termina generando desconcierto. Aquí es dónde, entiendo, que como docentes debemos centrar la mirada primeramente. En todos los proyectos áulicos e institucionales encontramos seguramente dentro de los objetivos generales “… formar ciudadanos críticos, responsables, con capacidad analítica, etc…”; entonces dentro de nuestras responsabilidades estará el desarrollar las capacidades de nuestros alumnos para poder tener las herramientas que le permitan posicionarse frente a estas tecnologías y a la abundancia de información desde una postura crítica, con reservas; con la capacidad de mirar más allá de la superficie que muestra la pantalla y plantearse los interrogantes que antes mencionamos… acaso ¿alguno de nosotros conoce cabalmente cuáles son los criterios que utilizan los buscadores a la hora de ordenar y presentar los resultados de una búsqueda determinada?... creo que no, pero es casi seguro que nos dirigiremos a los primeros sitios que el buscador nos presente.
Entonces tenemos ahí uno de nuestros principales desafíos, no creamos todo lo que leemos ni enseñemos a creer; la información por sí misma no es conocimiento. Al respecto cito a Edith Litwin, en su artículo “Las nuevas tecnologías en las instituciones educativas: reflexiones para una inversión sustentable. Tendencias, análisis y prospectiva.”
(http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD4/contenidos/capacitacion/modulo-2/cd_art1.html)

“…Desde ese lugar tienen que asumir que para que un dato se transforme en conocimiento tiene que haber una pregunta que lo tome y lo transforme en un interrogante genuino. Y esto vuelve a plantearnos también cuál es el lugar que la tecnología como oferente de una gran cantidad de datos interesantes, pero que no resuelve per se la buena pregunta necesaria para transformar el dato en conocimiento.”

Pero tal como menciono en un comienzo también estamos hablando de tecnologías de la comunicación, algo que muchas veces no consideramos a la hora de intentar incorporarlas a nuestras prácticas como docentes. Uno de los potenciales de alcances difíciles de mensurar, es la capacidad de comunicar que la red tiene. En un comienzo se la utilizó como fuente de información, en la actualidad el uso más común, y al que más habituados están nuestros alumnos es el e-mail, chat (escrito, hablado, con video), blogs, participación en foros, etc. hemos pasado de lo que se llamaba la Web 1.0 a la actual Web 2.0; en la que la interactividad es el centro.
Los mayores logros científicos y tecnológicos de nuestros días, difícilmente estén desarrollados en un determinado lugar físico; los proyectos se realizan en forma colaborativa, diferentes etapas y desarrollos se llevan a cabo en lugares físicamente alejados, pero unidos electrónicamente, con intercambio de comunicación permanente. Podemos decir que cualquier proyecto de gran envergadura que se pretenda desarrollar, difícilmente podrá prescindir de este potente medio; dado que le resultará imposible concentrar toda la capacidad creativa, de desarrollo y conocimiento científico en un determinado lugar.

Algo similar ocurre con el aprendizaje; a modo de ejemplo podemos citar a los “Proyectos Colaborativos” que tal vez ya conozcamos o hayamos participado. El potencial de comunicación, intercambio, motivación, aprendizaje, enriquecimiento, etc. muy difícilmente sea posible de igualar mediante los métodos tradicionales de nuestra práctica docente.

Debemos comprender que “… las nuevas tecnologías no sólo constituyen un conjunto de herramientas, sino un entorno -un espacio, un ciberespacio- en el cual se producen las interacciones humanas. Cada vez más, la Internet es un contexto en el cual se dan interacciones que combinan y entrecruzan las actividades de indagación, comunicación, construcción y expresión. Cada vez más se describe a la red como un “espacio público”…” (Burbules y Callister – “Educación: Riesgos y Promesas de las Nuevas Tecnologías de la Información” (2001) Barcelona)

En definitiva, quienes estamos participando de esta diplomatura; estamos dando el primer paso de un desafío, intentando vencer miedos y dudas, tratando de ir un poco más allá y de ayudar a hacerlo; enseñando y aprendiendo al mismo tiempo. Debemos comprender que incorporar las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, va mucho más allá de enseñar a utilizar un software (que mañana será antiguo), o a buscar información en internet; constituye un desafío mucho mayor, el de intentar desarrollar en nuestros alumnos, sean del nivel que sean, las capacidades que les permitan desenvolverse en un mundo que tal vez no lleguemos a conocer, pero que seguramente será diferente al que hoy vivimos.
Todos los caminos que nos llevan a mejorar, seguramente no son sencillos ni fáciles de transitar, pero lo importante es que ¡Estamos Dando El Primer Paso!

“La Tecnología está; y llegó para quedarse...”

¿para qué mi blog?


La intención de este espacio de comunicación que hoy nos permiten las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTICs), sirva justamente para poder incorporar estas tecnologías a nuestra tarea de educadores.Compartiendo, debatiendo y sobre todo intercambiando experiencias, podamos construir un espacio que nos sea provechoso, que nos permita crecer...
¡Están todos invitados a compartirlo y espero sus aportes!